Estimamos que la inflación de 2022 tendería a ubicarse en torno al 68% para fin de año.
En el mes de mayo la inflación interanual sería la más alta desde 1992, cuando al comienzo de la convertibilidad todavía la inflación interanual reflejaba los efectos hiperinflacionarios de 1990-1991.
No se puede descartar que, como consecuencia de la persistente pérdida de poder adquisitivo del salario en entornos de alta inflación, la alta tolerancia a la inflación que demostró la sociedad argentina a lo largo de varias décadas esté dando señales de agotamiento. Algo riesgoso tanto en términos sociales como en la posibilidad de caída de demanda de dinero.
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