Global. En julio, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos registró un aumento mensual de 0,2% y una variación interanual de 2,7%, en línea con lo esperado, mientras que la inflación core, que excluye alimentos y energía, subió 0,3% mensual y 3,1% interanual, superando las proyecciones y alcanzando su mayor incremento en meses. El aumento general estuvo impulsado principalmente por el rubro vivienda, que avanzó 0,2% mensual, mientras que el índice de alimentos se mantuvo sin cambios, con una baja de 0,1% en alimentos para el hogar y un alza de 0,3% en comidas fuera del hogar; dentro de este último, las comidas en restaurantes de servicio completo subieron 0,5% y las de servicio limitado 0,1%. La energía retrocedió 1,1% mensual por la caída de 2,2% en la gasolina, aunque la electricidad disminuyó solo 0,1% y el gas natural 0,9%. Entre los componentes de la inflación core, destacaron las subas de 0,7% en atención médica, 4,0% en tarifas aéreas, 0,4% en recreación y 0,5% en autos y camiones usados, mientras que el alojamiento fuera del hogar y las comunicaciones registraron bajas. En términos interanuales, la energía cayó 1,6%, con retrocesos marcados en la gasolina (−9,5%) y el fuel oil (−2,9%), compensados parcialmente por aumentos en electricidad (+5,5%) y gas natural (+13,8%); el índice de vivienda avanzó 3,7% y se verificaron incrementos relevantes en seguros de vehículos (+5,3%), atención médica (+3,5%) y mobiliario y operaciones del hogar (+3,4%). Los mercados reaccionaron con alzas en los principales índices bursátiles y mantuvieron la expectativa de un posible recorte de tasas por parte de la FED en septiembre, aunque el repunte de la inflación core y la persistencia de presiones en servicios podrían llevar a una postura más cautelosa, en un contexto de cambios recientes en la dirección del BLS que agregarían incertidumbre sobre la calidad de los datos.
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