El presente análisis examina el proceso por el cual los bancos en Argentina han comenzado a reorientar su operatoria hacia la actividad crediticia tradicional, privilegiando los préstamos por sobre la inversión en activos financieros. Si bien los datos actuales sugieren avances en esa dirección, se destaca la necesidad de evaluar a quiénes se dirigen estos préstamos y a qué costo. Las tasas efectivas para familias superan el 70%, mientras que para empresas rondan el 37%, planteando dudas sobre la naturaleza del endeudamiento (consumo, inversión o necesidad) y el riesgo asociado. Aunque los indicadores de morosidad aún no resultan alarmantes en términos históricos, su evolución reciente, en especial en los créditos a familias, evidencia un deterioro que amerita seguimiento. Finalmente, se sugiere que los recientes lineamientos monetarios del BCRA podrían estar orientados a evitar un deterioro sistémico en la cadena de pagos mediante una mejor relación entre liquidez y costo financiero.

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