Global. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), afirmó que la desinflación en la eurozona avanza según lo previsto, aunque persisten riesgos por la fricción en el comercio global, especialmente tras las recientes medidas arancelarias de Estados Unidos. Reiteró que la inflación debería alcanzar el 2% este año, pero advirtió que factores como los aranceles y el alza en los precios de la energía podrían mantenerla elevada, mientras que el estancamiento económico podría llevarla por debajo del objetivo. El BCE prevé una sexta reducción de tasas en marzo y se espera que la tasa de de interés, actualmente en 2,75%, disminuya hasta el 2% a mediados de año, aunque la política monetaria dependerá de la evolución de los datos y no tiene un camino predefinido. Lagarde también señaló que la frecuencia de shocks económicos, como la pandemia y la guerra en Ucrania, seguirá siendo alta, por lo que el BCE mantiene un enfoque flexible en sus decisiones sobre tasas de interés.
Recordamos que la semana pasada se conocieron los datos preliminares de inflación de la eurozona del mes de enero. Según los datos más recientes el IPC cayó en un 0,3% en términos mensuales, mientras que aumentó en 2,5% en términos interanuales, acelerando del 2,4% visto en diciembre. En paralelo, el IPC core, que excluye energía y alimentos, mostró una suba del 2,7% anual, continuando con el paso visto en el periodo anterior y estando por encima del 2,6% estimado por el consenso. Los principales componentes de la inflación en la eurozona en enero muestran que los servicios tendrían la tasa anual más alta, con un 3,9% (ligeramente inferior al 4,0% de diciembre), seguidos por alimentos, alcohol y tabaco con un 2,3% (frente al 2,6% de diciembre), energía con un 1,8% (subiendo significativamente desde el 0,1%) y los bienes industriales no energéticos con un 0,5%, que se mantuvieron estables en comparación con diciembre.
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