Global. El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy recortar la tasa de política monetaria en 25 bps, llevándola hacia el 2,5%, marcando el quinto recorte consecutivo desde junio de 2024. Esta decisión se produce en un contexto de moderación de la inflación, que en febrero se situó en el 2,4%, acercándose al objetivo del BCE, aunque con una proyección de crecimiento del PBI del 0,9% para 2025 que sería debido a la caída de las exportaciones y la débil inversión. La inflación core, que excluye energía y alimentos de su ponderación, también descendió al 2,6% anual desde el 2,7% del periodo previo. La variación mensual del fue del 0,5%, revirtiendo la caída del 0,3% de enero. Este incremento se debió principalmente a la suba en los precios de alimentos, alcohol y tabaco (2,7% interanual vs. al 2,3% en enero) y de los bienes industriales no energéticos (0,6% interanual desde el 0,5%). En contraste, la energía mostró una desaceleración significativa, pasando de un 1,9% en enero a solo 0,2% en febrero, mientras que los servicios presentaron una desaceleración en su inflación pasando del 3,9% al 3,7%. En paralelo, la tasa de desempleo en la eurozona fue del 6,2% en enero, mostrando una leve mejora (vs. 6,3% en diciembre), mientras que los PMI de febrero reflejarían una economía al borde del estancamiento, con un PMI composite de 50,2 puntos, donde el sector servicios mostró una ligera expansión con 50,6 puntos y el manufacturero siguió en contracción con 47,6 puntos. Además, el Índice de Precios al Productor (IPP) en enero de 2025 aumentó un 1,8% interanual, por encima del 0,1% de diciembre, lo que podría sugerir una reactivación de las presiones inflacionarias en la cadena de suministro. Como es usual, la presidente del BCE, Christine Lagarde, ha enfatizado que futuras decisiones dependerán de la evolución de los datos económicos y financieros, evaluando en cada reunión la política monetaria más adecuada.
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